Los primeros datos sobre turistas en la Costa Daurada provienen de crónicas escritas por viajeros cultos y científicos que la visitaron en la época moderna y contemporánea. La historia del turismo en la Costa Daurada impulsada y por ello totalmente asociada a la del turismo en la ciudad de Tarragona. A finales del siglo XIX se inicia la promoción desde la ciudad de Tarragona del patrimonio romano, a través de la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense con la edición de unas láminas fotográficas de los principales monumentos, otras iniciativas condujeron a la edición de diversas guías locales, además de las que se editaron a nivel catalán y nacional, tanto en España como en el extranjero. El fenómeno de edición de guías de ámbito más o menos local, que se generaliza en la Europa de esa época continuará de una forma más profesionalizada con la edición de guías como las célebres Baedecker. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que estas publicaciones estaban dirigidas a una clase social de elevado poder adquisitivo.
Otros factores que hay que considerar son la precariedad de las infraestructuras, de las vías de comunicación así como la falta de seguridad características de la época, y no únicamente en el área de Tarragona.. Estos factores implicaban que determinados aspectos, como el patrimonio cultural de la Costa Daurada, o los balnearios como centros de salud, aportaran un valor añadido para motivar a los viajeros a afrontar estas incomodidades.
En 1910 se constituye la Sociedad de Atracción de Forasteros de Tarragona, con el fin de fomentar el turismo, tanto relacionado con el patrimonio cultural como el de playa, poco después se realiza un curso de formación sobre la historia de Tarragona para la policía local. De la misma forma se organizan excursiones a los monasterios de Santes Creus y Poblet, así como a otras villas de veraneo (como Sitges). Al mismo tiempo se establecen contactos internacionales para la promoción turística. A esta promoción se suma un plan de embellecimiento de la ciudad de Tarragona, así como la realización de las primeras estadísticas sobre los visitantes recibidos, y que se publican periodicamente en la prensa local.
En 1921 se celebró en Tarragona el II Congreso de Turismo de Catalunya, y en este foro se decidió el acondicionamiento de los monumentos de la ciudad, así en 1924 se procede a la señalización de los monumentos más emblemáticos. En 1933 y coincidiendo con la inauguración del Paseo Arqueológico se abre la primera oficina de turismo en Tarragona. Las estadísticas indican que en 1935 en número de visitantes rondaba los setenta mil, de los cuales un 20% procedían del extranjero. Estos estudios muestran también que la época de mayor afluencia de visitantes era la Semana Santa.
Los cambios políticos durante la república llevan a cambiar el nombre de la Sociedad de Atracción de Forasteros de Tarragona a Sindicat d’Iniciativa, al igual que ocurre en el resto de Catalunya. Una de las funciones de esta entidad es la de facilitar a los visitantes los medios necesarios para acceder a los bienes naturales y a artísticos. La segunda reunión de Sindicats d’Iniciativa se realiza en 1935 en Tarragona, y se concreta con la organización de la “I Exposición de Turismo de Tarragona”.
Una vez finalizada la Guerra Civil, las competencias en tursimo son asumidas por la Dirección General de Turismo, aunque su actividad queda limitada por la postguerra, la Segunda Guerra Mundial y la política exterior franquista. En semejante contexto las pocas actuaciones de la DGT se dirigen hacia el control y la vigilancia de la actividad hotelera, mediante la fijación de precios oficiales. Esta actividad queda estancada ya que apenas existe turismo, ni siquiera interior ya que existen grandes dificultades para el transporte y la alimentación. Habrá que esperar hasta el período 1950-1965 para la reactivación del sector turístico, que se concretará en el denominado Boom turístico durante los años 70. En esas fechas (1962-1973) se reconoce el nombre oficial de Costa Daurada. Esta expansión turística ha conducido a que la Costa Daurada ofrezca actualmente más de 50.000 plazas hoteleras y más de 65.000 de camping.
En este sentido, cabe señalar la importancia que ha tenido la apertura en 1995 del parque temático de atracciones Port Aventura (que recibió 3.5 millones de visitantes la temporada 2004-2005), la reciente implantación de compañías low cost en el aeropuerto de Reus (incrementándose el número de viajeros en un 35% entre 2003-2004), y en un futuro, el impacto de la próxima llegada del tren de alta velocidad, tanto desde el interior como por su conexión con Francia, y que permitirán mejorar las expectativas turísticas de la zona.
Otros factores que hay que considerar son la precariedad de las infraestructuras, de las vías de comunicación así como la falta de seguridad características de la época, y no únicamente en el área de Tarragona.. Estos factores implicaban que determinados aspectos, como el patrimonio cultural de la Costa Daurada, o los balnearios como centros de salud, aportaran un valor añadido para motivar a los viajeros a afrontar estas incomodidades.
En 1910 se constituye la Sociedad de Atracción de Forasteros de Tarragona, con el fin de fomentar el turismo, tanto relacionado con el patrimonio cultural como el de playa, poco después se realiza un curso de formación sobre la historia de Tarragona para la policía local. De la misma forma se organizan excursiones a los monasterios de Santes Creus y Poblet, así como a otras villas de veraneo (como Sitges). Al mismo tiempo se establecen contactos internacionales para la promoción turística. A esta promoción se suma un plan de embellecimiento de la ciudad de Tarragona, así como la realización de las primeras estadísticas sobre los visitantes recibidos, y que se publican periodicamente en la prensa local.
En 1921 se celebró en Tarragona el II Congreso de Turismo de Catalunya, y en este foro se decidió el acondicionamiento de los monumentos de la ciudad, así en 1924 se procede a la señalización de los monumentos más emblemáticos. En 1933 y coincidiendo con la inauguración del Paseo Arqueológico se abre la primera oficina de turismo en Tarragona. Las estadísticas indican que en 1935 en número de visitantes rondaba los setenta mil, de los cuales un 20% procedían del extranjero. Estos estudios muestran también que la época de mayor afluencia de visitantes era la Semana Santa.
Los cambios políticos durante la república llevan a cambiar el nombre de la Sociedad de Atracción de Forasteros de Tarragona a Sindicat d’Iniciativa, al igual que ocurre en el resto de Catalunya. Una de las funciones de esta entidad es la de facilitar a los visitantes los medios necesarios para acceder a los bienes naturales y a artísticos. La segunda reunión de Sindicats d’Iniciativa se realiza en 1935 en Tarragona, y se concreta con la organización de la “I Exposición de Turismo de Tarragona”.
Una vez finalizada la Guerra Civil, las competencias en tursimo son asumidas por la Dirección General de Turismo, aunque su actividad queda limitada por la postguerra, la Segunda Guerra Mundial y la política exterior franquista. En semejante contexto las pocas actuaciones de la DGT se dirigen hacia el control y la vigilancia de la actividad hotelera, mediante la fijación de precios oficiales. Esta actividad queda estancada ya que apenas existe turismo, ni siquiera interior ya que existen grandes dificultades para el transporte y la alimentación. Habrá que esperar hasta el período 1950-1965 para la reactivación del sector turístico, que se concretará en el denominado Boom turístico durante los años 70. En esas fechas (1962-1973) se reconoce el nombre oficial de Costa Daurada. Esta expansión turística ha conducido a que la Costa Daurada ofrezca actualmente más de 50.000 plazas hoteleras y más de 65.000 de camping.
En este sentido, cabe señalar la importancia que ha tenido la apertura en 1995 del parque temático de atracciones Port Aventura (que recibió 3.5 millones de visitantes la temporada 2004-2005), la reciente implantación de compañías low cost en el aeropuerto de Reus (incrementándose el número de viajeros en un 35% entre 2003-2004), y en un futuro, el impacto de la próxima llegada del tren de alta velocidad, tanto desde el interior como por su conexión con Francia, y que permitirán mejorar las expectativas turísticas de la zona.